Llevo
una doble vida. Como un súper héroe. Como un justiciero. Como un amante
vigoroso. Como un maricón de mierda.
Soy
dos personas, o tres, hasta cuatro, si me esfuerzo, pero, básicamente dos
personas: la que trabaja para vivir y la que vive para leer, y, de vez en
cuando, para escribir.
La
primera, me absorbe la fuerza vital, me vuelve un ser opaco, un ser vencido, un
autómata rodeado de números, rodeado de reglas, de horarios y de gente odiosa.
La segunda, me eleva, me narcotiza, me transforma en la mejor versión de mí
mismo. La primera, paga las cuentas,
compra mi silencio, alienta el conformismo, se caga en mi libre albedrío. La segunda, es comprensiva, no pide algo a
cambio, solo minutos de tiempo que me sobren en el día.
Las
dos conviven conmigo. Las dos soy yo. Me soy infiel con ambas. Soy víctima y
victimario en medio de un círculo vicioso ad infinitum. A las dos las necesito, a una por amor a la
otra por dinero.
En
resumen: soy un cobarde en horario de oficina que va rencontrando lo poco que
aún le queda de valor, lentamente, en cada paso que lo aleja, después de las
cinco y treinta, de la fábrica de pusilánimes en masa que a diario lo afrenta,
lo envilece, lo sodomiza. Pero, también,
soy un buen tipo, un lector esforzado, un aspirante a escritor, una mejor persona entre las páginas de un libro o frente a una hoja virgen, frente a
una hoja en blanco.
Llevo
una doble vida. Como un súper héroe. Como un justiciero. Como un amante
vigoroso. Como un maricón de mierda.
GENIALIDAD: CORTESÍA DE MORIS, EN LA VOZ DE FITO PÁEZ
No hay comentarios:
Publicar un comentario