jueves, 27 de mayo de 2010

Iluminado y agraciadito.

Que días tan geniales son aquellos en los que despiertas iluminado por la gracia divina, y encuentras fácilmente las palabras exactas para cada momento y para cada buen amigo que necesita de una frase que le cuente que todo saldrá bien, aunque no necesariamente vaya a ser de esa manera; fue así como, iluminado y agraciadito, desperté el lunes, un lunes de esos en que amaneces con cara de Oprah Winfrey, y vas por la vida y el día entero con la de Silvia Pinal, con peluca y todo; tanto, que el oráculo de Delfos, termina de cagarse en su vergüenza.

Hermano, se casa en dos semanas, pensé que ya me había pasado, pero no, no puedo, la extraño un culo, la extraño tanto...llanto, pena y el oráculo al rescate, ¿cómo explicarle a un hombre enamorado, que la segunda mujer de su vida (no por falta de amor si no por orden de llegada) se le va? y con toda la razón del mundo, que él está casado y que no puede reclamar nada, que no tiene derecho alguno, que es la ley de la vida, al menos de la vida occidental, una mujer por cada hombre y viceversa, si no a Afganistán hermano, ¿cómo hacerle entender?, gracias al cielo estuve en mi día Silvia Pinal, que si no...

Una frase barata y manoseada, me consagró como el sabelotodo del romance, como el Arjona del mal momento por el que pasaba Gonzalo, mi amigo, el de las dos mujeres con diferencia de tiempo mas no de amor, hijo, el tiempo cura todo, además, uno es feliz cuando ve feliz a la persona que ama, aunque no sea a su lado, perdóname Neruda; me sentí un asco, un autor de fotonovela, el más cursi de la tierra, y contra todo pronóstico, y no se lo digan a nadie, Gonzalo, apoyó su cabeza en mi pecho cambiando el llanto de hace un rato por un grito desgarrador, de película que remató con un gracias mi hermano, tienes razón, si Jesi va a ser feliz, es porque lo merece, aunque no sea conmigo, me duele y como mierda pero se lo merece la chatita...más llanto y más pena, y el oráculo…ya saben.

Diez de la mañana, y aquel lunes para mí, recién empezaba, trataba de concentrarme en mi novela, concentrarme en ordenar las palabras de manera estéticamente irreprochable como para no parar hasta el Nobel, mientras Gonzalo, en su oficina, ya más tranquilo y aceptando estoicamente el fin de su historia de amor, y yo, felicísimo creyéndome la doctora corazón, y en medio de aquel desvarío, el bendito celular sin el que no vivo y que a veces quisiera matar; al teléfono, mi mamá y sus depresiones, hijo me siento triste, hijo no se qué hacer, hijo me siento sola, amo a mi mami pero a veces…igual que al celular.

¿Cómo hacerle entender ahora a una madre que aunque sus hijos estén lejos siempre la van a adorar, que no puede tenernos la vida entera, calentándonos como huevos de granja, que la vida lejos de ellas es un paso, si no el más importante al menos el mejor para nuestra independencia, y todo esto sin herir sus alas de mamá gallina?, gracias al cielo, and again, aquel lunes también amanecí Oprah, así que a darle…

Máma, con tilde en la primera, para darle a la palabra un poco de ternura italiana, máma, ¿sabes que te queremos no?, ya pues máma, no andes triste, tu eres el centro de la familia, si tú te sientes mal, todos nos sentimos mal, te acuerdas de la canción que te canté la primera vez que salí con la guitarra en el cole?, si má, esa, la de Pimpinela...

Madre hoy te recuerdo más que nunca y mi corazón te busca. Madre, te quiero hacer tantas preguntas nada es fácil sin tu ayuda. Madre porque tu vida fue mi vida ese punto de llegada y de partida, no no no... Madre porque serás mientras yo viva el amor que no se olvida. Madre porque a mi lado has sufrido cuando me has visto vencido es tanto lo que yo te debo y nunca te he dicho te quiero. no, no, no....

- Ya, ya hijito, me vas a hacer llorar más, ay hijito, tu, ocupado y yo molestándote, gracias por ser tan buenito, gracias por tener tiempo para tu madre, besos, besos Ernestito, querido...ya me siento mejor, besos hijito...

Máma, ya no al borde de las lágrimas si no sumergida hasta los hombros, colgó el teléfono, creo yo, con el ánimo un poco mejor que como lo había levantado para contarme de sus soledades, total yo, estaba iluminado y agraciadito, y además había sido Joaquín y Lucia Galán, al mismo tiempo y solo para ella. I love you so much mom.

No podía escribir más, tanta buena vibra me había sobrecogido el alma, a la una de la tarde me imaginaba sentado en un trono, departiendo instrucciones sobre el buen vivir al mundo entero, megalomanía le dicen, bajé del trono un rato, guardé en la PC los archivos que estaba utilizando, abrí el messenger para despejar la mente, sin saber que el primer tucutín, sería la continuación de mi coaching gratuito...

Aquel lunes, amanecí Oprah, anduve Silvia, anduve Arjona y Pimpinela pero al final del día me fui a la cama bien Ernesto, eso sí cansadísimo, pero feliz por la labor cumplida, que días para geniales, aquellos en los que despiertas iluminado y agraciadito.

lunes, 24 de mayo de 2010

De conformismos y mediocridades.

Trabajo en un lugar gris, sin espacio para la imaginación, rodeado de rejas y de rajes, repleto de conformismo y comentarios a media voz, voy a diario a una cárcel, no tan mal pagada, pero cárcel al fin, y sobre todo al cabo y a las ocho en punto, no por voluntad, pero todas las mañanas.

Entierro mis sueños, diez horas al día, en una oficina pestilente a cambio de un cheque a fin de mes, con pago de horas extras, las que, juntando a todas las del mundo, no valdrían lo que sí, la libertad, libertad que solo valoras cuando te es ajena, cuando ya no la tienes, cuando la ves pasar de lejos, como a novia que ha dejado de quererte, encarnada en un paseo mascota - dueño un lunes a las diez de la mañana.

No me desnudo, sí me prostituyo, con saco y corbata y de la peor manera, sin necesidad apremiante, y solo por llevar una vida "normal", en la que todo marcha lento, rumbo al cadalso, que es como a los sesenta, y luego a casa, a descansar, llevando a cuestas los achaques y los sueños de lo que pudo ser una mejor historia.

Trabajo en un lugar que me jala a la pena, que me lleva a la tristeza, que me deprime, de tanto no pensar, y no renuncio, por plata, y por puta, por extraña comodidad, porque no soportaría la vida sin taxis, sin funciones de cine, sin teatro, sin viajes, sin tarjetas de crédito, sin celular.

Jamás pensé vender la vida, ser un mercenario, un ganapán de esos que tanto odié de chico, cuando el futuro parecía comprado y los días pasaban tan sencillos que invitaban a soñar con los ojos abiertos frente al libro del curso más difícil del mundo.

Me gano la vida, ya ni se de que (Armando Masse dixit), y el lugar al que voy cada mañana, tiene el maldito talento de robar el alma, y contra eso, sueños, contra eso música, contra eso libros.

No sé si nunca sea tarde, tampoco si valga más, tarde que nunca, por si las dudas decidí escribir, como recuperando un poco la libertad, creando un propio mundo, para escapar de esta puta competencia en que han convertido a la vida, para no huir de mis fantasmas, para darle cara al conformismo, a la mediocridad que abunda como mierda en silo.

Cambié todo lo que alguna vez quise, por todo lo que tuve que hacer, por no ser valiente, por creer en eso de la cronología del éxito: colegio, universidad, ICPNA, practicas pre, planilla, auto, depa, matrimonio, hijos, y a envejecer feliz: a estas alturas sin ser demasiado tarde, ¿por qué no: colegio, talleres de redacción, lectura a morir, banda de rock, taxis, mi novia, hijos (quizá), viajes, novelas, amor, sueño, tardes de lunes (o cuando nos venga en gana) frente al mar con baladas en inglés?...I am a man who will fight for my honor.

jueves, 20 de mayo de 2010

A mi.

Algunas veces, viene bien mirar atrás, retroceder imaginariamente el tiempo, como para tomar impulso, como para saltar más lejos, a pesar que muchas de las veces, este acto kamikaze cueste caro, como cuando sometemos a juicio del tiempo aquellos momentos que dan vueltas en la memoria como buenos recuerdos, resultando ser una suma de hechos, buenos al ser vividos, pero que hoy, en perspectiva resultan en mini fracasos, chiquitos, pero que friegan, no llores sobre la leche derramada, decía mi abuela, y a pesar que ya no está, la oigo cada vez que me atrevo a voltear la mirada para evaluar el pasado, grande Luchita, tuviste razón, pero igual me jode que se derrame la leche, no lloro pero jode.

En ocasiones y quizá igual que muchos, pienso en aquellas pequeñas cosas que pudieron hacer la diferencia, una vuelta hacia otra esquina, despertar cinco minutos antes o quizá diez después, prestarle mas atención a uno de los tantos cursos de números en la universidad, intentar pasar el mismo con algo más de once, besar mas a mi novia, intuir las veces en que quiso ser mas oída que besada, robarle más horas al día, darme más horas de sueño, aprender a decir no, decir si, un millón de veces.

Ser capaz de percibir el momento adecuado de la prudencia y de los miles de instantes de arrebato que debiéramos tener, creo, es el secreto para cambiarle la cara a toda esta seguidilla de días idénticos, que por aburridos se tornan invivibles, asfixiantes, despreciables.

Amen, toquen, bailen, tiren, lloren, griten, abracen, mientan, creen historias, fantaseen con sus vidas, canten frente al espejo, salgan a comprar en medias, duerman de día, de noche se vive mejor, falten al trabajo, empecemos la revolución.

Algunas veces viene bien mirar atrás, pero es mejor no arrepentirse, pero no arrepentirse no porque no debamos, si no porque no nos da la gana, porque no hay nada porque hacerlo, vive la vida y no dejes que la vida te viva…dice la gran Susy.

martes, 18 de mayo de 2010

Emancipación laboral o el porqué no ir a trabajar.

Lunes, seis de la mañana, luego de un fin de semana que se hace corto, y mientras mejor lo pases más corto se hace el muy maldito, me encuentro ante el dilema de toda mi vida laboral, seis años haciéndome la misma pregunta, trescientos lunes de mi vida preguntándome la misma bobada, ¿renuncio o sigo adelante y a ver qué pasa?, de esos trescientos lunes, casi veinticinco mi respuesta ha sido tibia, término medio, mariconada total: hoy no voy a trabajar, que, dicho con convicción, fuerza, y coraje, más un carajo al final de la frase, hoy no voy a trabajar carajo, es lo más cerca que he estado de revelarme ante el statu quo que tanto detesto.

No ir a trabajar es una mini emancipación, un viaje como de fin de semana largo hacia tus placeres, puedes hacer con tu tiempo lo que te venga en gana, total el bendito certificado médico te avala, puedes leer, escribir, apoltronarte frente a la tele y ver las novelas más idiotas del mundo, nadie jode, andar en pijama el día entero sabiendo que todo esto sabrá mucho mejor porque no es un día cualquiera, es un día laborable , no un domingo que te regalan por trabajar como una mula, a veces seis días a la semana, este tiempo libre auto infligido, sabe mejor por ser tiempo que le robas a la empresa que te roba la vida, así que ladrón que roba a ladrón, parchís, y que viva Robín Hood.

No ir a trabajar es urdir una pequeña venganza, contra el encargado de la oficina, no jefe, para jefes los Apaches, esos sí que no se amariconaban ante nada, es una pequeña venganza contra los compañeros de labor, los que no trabajan a la par y a los cuales terminas haciéndoles el trabajo , pequeña venganza contra los que llegan tarde y les llega al pincho, o a la teta, pequeña venganza contra los que están ahí de favor, y sobre todo contra los que siempre tienen en la punta de la lengua y sin el mas mínimo discernimiento un si jefe, un claro jefe , un como usted diga jefe.

No ir a trabajar es nivelar de alguna extraña manera la plusvalía que genera tu trabajo, es gritar al viento, no pertenezco a una empresa, me pertenezco a mí mismo, aunque sea por los días que indica el doctor que para efectos de una real sublevación debe ser amigo de la casa para colocar en el dichoso papelito, la enfermedad que le dictas por teléfono, y por dos días por favor.

No ir a trabajar es reivindicar las camas, las adoradas camas, esas amantes de fin de semana que se sienten desplazadas, cambiadas, maltratadas, seguramente hasta humilladas, por las veces en que faltándole el respeto, salimos disparados hacia al trabajo, dejándolas alborotadas y sin derecho a réplica. Por eso hoy desayuno en la cama, libros en la cama, tele en la cama, Messenger en la cama, almuerzo en la cama, hoy junto a ti el día entero mí adorada cama.

No ir a trabajar es crear un mundo paralelo, propio, donde lo que realmente queremos es lo que realmente pasa, es manejar el reloj, es alimentar el alma, es no pertenecer a un lugar que nos corrompe y nos amanceba el carácter, es ser nosotros, es ser corta pero verdaderamente felices, es nuestro pequeño Chicago, aquel de la lucha por las ocho horas.

Empecé a faltar al trabajo, cuando caí en cuenta que el mundo no era la colina de Poni, cuando supe que las palabras de “Habla el Pueblo”, lucha, estudia, trabaja…eran patrañas, que aunque don Ramón fuera el hombre más bueno del mundo y vendiera todos los churros de doña Florinda, jamás tendría para un viaje a Acapulco, que el mundo era de Quico, y se acabó

miércoles, 12 de mayo de 2010

Mi canción feliz.

My Girl - Temptations



Todos tenemos alguna canción feliz, esta es la mia, la encontré hace mucho tiempo pero hoy la reconozco y la asumo como MI canción feliz.